viernes, 5 de junio de 2009

Aviso: El amor perjudica gravemente la salud

Lupe, 25 años. Novios en su vida: dos. Novio actual: no.
Sergio, 27 años. Novias en su vida: una. Novia actual: no.

Es curioso... Dos personas que ni se conocen, que ni siquiera han oído hablar de la otra persona, que no tienen nada en común pueden llegar a entablar una relación extrañamente entrañable. Y extrañamente larga y resistente. Juraron que ni una tempestad podría romper todo lo que ellos habían construido. Y han cumplido su juramento. Pero no quiero relatar los hechos posteriores a que se conocieran, si no los momentos en los que se conocieron y sus miradas se encontraron por primera vez. La situación es la siguiente:

Ocho de la mañana. Lupe sube al autobús que la llevará directa al trabajo, pero llega tarde. El autobús se ha retrasado y ella con él, con lo que el jefe la reñirá por haber llegado tarde. Mientras se lamenta en su cabeza, pero se convence de que ella no tiene la culpa, se dirige hacia la parte trasera del autobús. Ve un asiento libre y se sienta. Enfrente de ella se sienta un guapo moreno que la mira y la sonríe de vez en cuando. Es Sergio, que acaba de encontrar un trabajo en el centro y hoy es su primer día. Está nervioso. Pero no sabe si su corazón late más fuerte por ser su primer día o por haber visto a esa chica tan atractiva que se ha sentado enfrente de él.

Al parar el autobús, Lupe sale corriendo como puede sobre sus tacones, sin percatarse de que Sergio la sigue por las calles. Entran en el mismo portal, pero a tiempos distintos. Suben en el mismo ascensor, al mismo piso, pero a tiempos distintos. Entran en la misma oficina. Lupe se disculpa por haber llegado tarde y dice que ha sido el autobús. Sergio simplemente pregunta por el jefe y dice que es su primer día de trabajo. Lupe se soprende al verle. Sergio tres cuartos de lo mismo.

El tiempo pasa y Lupe y Sergio se van conociendo. A veces salen de fiesta y pasan un rato juntos. Poco a poco, no solo hay amistad entre los dos. Surge el roce, el cariño, la pasión, la locura y, finalmente... el amor. Lupe y Sergio deciden irse a vivir juntos. Enloquecen. Y, cuando ya por fin se dan cuenta de que están perdidamente enamorados el uno del otro, también se dan cuenta de que eso que sienten les ha echado a perder la vida y la salud.

Porque, si, señores, el amor perjudica gravemente la salud. Pero cuán gustosos queremos sentir el amor...

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